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W 124 Expedition. Por África con un clásico IV. GAMBIA, “No pasa nada, White boss”

Escrito por el 30/03/2014 en Rallys y Raid 4x4, Rutas y viajes

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En las pasadas entregas, habíamos recorrido Marruecos y el Sahara Occidental, atravesado Mauritania y recorrido todo el norte de Senegal para, tras llegar a Dakar, seguir hacia el sur con intención de hacernos un buen recorrido por Gambia.

Es sábado 21 de diciembre, y tras llegar a la frontera de Karang, salir con el pasaporte sellado de los puestos senegaleses no supuso ningún problema, salvo el quitarte de encima la multitud de chicos y chicas que te quieren cambiar dinero, venderte frutos secos u ofrecerte sus servicios, diciéndote cuales son los tramites que tienes que hacer para, finalmente, pedirte una propina a cambio.

Yo viendo que era bastante complicado que nos dejaran en paz, finalmente acordé con una de las chicas que nos ofrecía frutos secos, que al terminar los trámites le compraría unas bolsas a ella, de esta manera, era ella misma quién de alguna manera espantaba a tod@s los demás que nos venían a ofrecer cosas.04 Gambia 079

Ahora tocaba cruzar la carretera, empezar los trámites en las oficinas gambianas y someterse al cansino y habitual “tocapeloteo” de alguno de sus agentes.

Para entrar en Gambia no es necesario haber sacado el visado previamente, lo puedes hacer en la misma frontera y es por lo primero que fuimos. En Gambia el idioma oficial es el inglés, que habla la mayoría de la población, aunque lo cierto es que entre ellos se comuniquen de manera habitual en Wolof, en cualquier caso, y sin estridencias, nuestro nivel de ingles es superior al que tenemos de francés, por lo que la comunicación empezó a ser más fluida.

Un agradable agente, nos lleva a una oficina interior, nos sienta, nos pregunta por nuestro viaje, a donde vamos, de donde venimos… esa pregunta me suena… donde nos íbamos a alojar… como no lo sabíamos, le preguntamos a él, que nos recomendó Senegambia, nos puso los sellos en los pasaportes, nos cobró 2000 Dalasi (el pelotillo gambiano, unos 40 €), y nos dijo que ahora pasásemos por la policía. Pasamos por la policía (otros 200 pelotillos), y entonces nos mandan a por el passavant. Yo estaba “mosqueado”, habíamos tratado con varios policías en una frontera africana y todo había ido bien, algo fallaba.04 Gambia 084

No había fallo, es que no habíamos llegado al inútil de turno. Cuando nos toca, le decimos que necesitamos un passavant y, ¿a que no sabéis cual fue su respuesta?. Efectivamente, la respuesta fue: “Imposible”. Mientras uno de los agentes, con el que ya habíamos tratado previamente parecía estar por la labor, el que ponía los sellos y rellenaba los passavant, con los pies por encima de una silla, escribía como si el bolígrafo pesase 36 kilos, y decía que no podía ser.

Daba comienzo la aburrida charla-discusión-negociación que finalmente siempre se arregla pero que al cometer el error de querer entenderlo, te desespera. Un agente nos pregunta que cual es el coche, que lo traigamos, que lo quiere ver, habla con otros agentes, vienen, nos dicen que metamos el coche dentro de las instalaciones de la policía, vienen tres agentes, nos registran hasta dentro de los bolsos de mano, en la guantera, en los cubiertos, dentro de las cajas… todo, todo y todo, como el anuncio de los seguros.04 Gambia 074

Ciertamente el registro lo hacen con educación y siempre con uno de nosotros viendo que es lo que miraban, le pregunto al que parecía el jefe si aquello era normal, me responde que si teníamos algún problema, a lo que yo le digo sonriendo, que no, que me parecía bien, pero que no sabía si se hacía frecuentemente. Mi respuesta relaja la conversación, ya van terminando, nos preguntan por cualquier cosa que pueda ser minimamente sospechosa, por drogas, etc. y finalmente nos dicen que OK, que vayamos a por el passavant, nos invitan a que nos movamos con libertad por el interior de las instalaciones, pasamos por delante de una jaula (celda), en la que un hombre con cara de susto nos mira a la vez que un policía le pasa un par de cigarros entre las rejas, y nos vamos de nuevo a por nuestro passavant.

Al llegar al puesto de “mister eficiencia” y decirle que ya nos han registrado el coche, nos mira con desprecio y nos dice que… ¡¡¡Imposible!!!. Comentan cosas entre varios de ellos, les decimos que solo vamos a estar un par de días, y finalmente nos dicen que tenemos que ir escoltados, con un policía. Mientras, otros turistas con los que ya habíamos coincidido y que iban en coche de alquiler, consiguen su passavant por 1000 pelotillos sin problemas.04 Gambia 077

Después de un rato y jurar y perjurar que en un par de días nos íbamos, que si el coche se nos rompía iríamos a la policía de Banjul a ampliar el passavant… finalmente nos dan un passavant para 48 horas por el que nos cobran 1500 pelotillos… y vamos a callarnos que es mejor.

¡Por fin!, salimos de la frontera, son las cinco de la tarde y esperamos coger un ferry que sale de la población de Barra hasta Banjul, para buscar hotel por allí. Tan solo un par de km. después de la frontera nos paran en un control, más o menos nos registran el coche, hasta que llegan al botiquín. Yo acostumbro en este tipo de viajes a llevar un botiquín bastante completo. Antibióticos varios, medicamentos para todo tipo de molestias gástricas, un abanico bastante completo de calmantes… Nos vacían el botiquín al completo y caja a caja se ponen a preguntarme para que valía cada cosa, que si tenía receta, que… hasta que llegaron a la caja de Lexatin, que además de su capacidad ansiolítica, también es un potente relajante muscular que viene de huevos cuando, estando en el culo del mundo y sin posibilidad de conseguir medicamentos, necesitas algo que calme los dolores de un esguince, fractura o tortícolis.04 Gambia 072

Que si eso era droga, que para que lo queríamos… tener demasiado tiempo libre es tremendamente peligroso en según que manos… finalmente, saqué mi viejo carné de transporte sanitario de Cruz Roja, lo que unido a la pegatina de “Medico” que llevaba el coche en la puerta derecha (en muchas ocasiones, en los raid en los que participo llevo al médico o al ATS), unas cuantas explicaciones más y el hecho de que uno de los policías también pertenecía a la Media Luna Roja (nuestra Cruz Roja), les convencieron de que no íbamos a intoxicar a la población gambiana ni íbamos a montar un negocio de pastilleros y nos dejaron marchar.

Unos 20 Km. después, llegábamos a la población de Barra, un caos en el que entre otras cosas nos encontramos con nuestro primer Bumster gambiano. “Bumster” es un término inglés acuñado en Gambia y que viene a definir a los buscavidas que viven de sacarle hábilmente la pasta al turista con diferentes artes.04 Gambia 001

Allí, como en el resto de África, el blanco es identificado como una oportunidad de negocio andante y cuyo “contacto” se realiza más o menos como sigue:

Un chico sonriente se acerca y te dice

– ¡Hola! ¿español? ¿italiano?

– Espa…

– Ah! ¡español!, ¿Barça? ¿Madrid? (muy posiblemente a partir de este momento empezarán a hablar en español)

– ¿Es tu primera vez aquí?

– Sí (te acaba de identificar como presa fácil, que estás más perdido que un burro en un garaje y que no sabe por dónde le da el aire).

– ¿Cuál es tu hotel?

– Pues el hotel “Tal” (manera de averiguar tu poder adquisitivo). Entonces la conversación gira en torno a ofrecer algo que el turista desea (y ellos lo saben bien)… ¿Necesitas cambiar dinero?, ¿tienes billetes del ferry?, ¿quieres un buen sitio para comer?, ¿te enseño el pueblo?, ¿quieres comprar recuerdos buenos y baratos….?

Nos despertamos de esta bonita hospitalidad cuando llegamos a comer o a beber en algún lugar. Según el estilo del buscavidas (unos son más “elegantes” que otros), dará por supuesto que tenemos la obligación de pagar siempre que estemos con ellos, o bien, dirá simplemente que no puede comer porque no tiene dinero (mentira) haciéndote sentir un desalmado si no le invitas (y como todo es tan barato…).

Si nos hemos dado con él (porque no nos lo hemos podido quitar de encima), un paseo por el pueblo, luego pedirá una propina. Si nos negamos, se pondrá brusco y la exigirá diciendo que ha perdido mucho tiempo (algo muy escaso en África, no te jode), y que te ha hecho un guiado muy completo y profesional por el que hubieras pagado mucho dinero (mentira), o hablará de las urgentes necesidades de su familia que sin esa propina alguien poco menos que morirá (mentira cochina).

Si seguimos negándonos aumentará su agresividad (¿pero, no éramos amigos?) y llevará la situación al límite, consciente de que el blanco prefiere pagar un poco que sufrir una situación violenta. Si le pagamos, la cantidad le parecerá ridícula (sea cual sea la cantidad) y pedirá más…

A nosotros nos toco “Paco”, después descubriríamos que todos los buscavidas cuando se encontraban con españoles se llamaban Paco. Imagino que al encontrarse con ingleses se llamarían Paúl y si son italianos Piero, vaya usted a saber.04 Gambia 004

“No pasa nada, en Gambia nunca pasa nada”…, esta pu… frase, es repetida de manera continua y cansina, venga a cuento o no, a la vez que te muestran una amigable sonrisa para que tu bajes la guardia.

Tras indicarnos sin que nosotros se lo pidiésemos, un hueco donde aparcar en la abigarrada calle, llena de coches, carros, camiones, algún autobús y una marea de gente yendo y viniendo, Paco nos pregunta si tenemos billetes, le digo que no, pero que no se preocupe y me voy andando hacia la entrada del ferry, el me sigue,“no pasa nada, amigo”, saco los billetes, me dice un sitio donde cambiar dinero y me sigue como si fuese mi sombra.

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No podemos entrar en el ferry que salía a las siete, no nos preocupa porque nos han dicho que hay ferrys hasta las once de la noche… hasta que nos dicen que ese será el último ferry del día, y que no habrá otro hasta las siete de la mañana del día siguiente. Pregunto en la oficina, a los que controlan la entrada de los coches, a la policía y todos me dicen que “parece ser que sí”, pero nadie confirma nada… finalmente, ya anocheciendo, se confirma que no habrá ferry y Paco nos ofrece un buen sitio para dormir…

Le seguimos callejeando por las calles de arena, y finalmente llegamos a un vallado que nos abren, metemos el coche y nos presenta al dueño. Nos ofrece una habitación por 20 €, le pedimos verla y… le preguntamos si podríamos montar la tienda de campaña en el patio… voy a pasar voluntariamente de describir la “habitación”.04 Gambia 011

Con las últimas luces, montamos la tienda, preparamos camas, sacos y la verdad es que reconocemos que estamos en las mejores circunstancias posibles. Estamos al lado pero apartados del mogollón del puerto, tenemos el coche junto a nosotros tras una verja y hemos podido montar la tienda y preparar nuestra pernocta. El sitio en el que estamos es una especie de camping con su trasera dando directamente a una playa y el patio en el que estamos, con imaginación y limpieza podría ser un sitio acogedor y bonito. Preparamos unos bocatas, nos tomamos unas cervezas con Paco y le preguntamos si no se va; el nos dice que no y nos enseña su “casa”, uno de los cuartos que rodeaban el patio, de unos 2×3 mts. con un colchón de fina goma espuma en el suelo de cemento roído y un par de mantas, sin luz y sin ningún tipo de mobiliario. Visto lo visto, es normal que a Paco le pareciese buena la habitación que nos había enseñado, tenía un somier y las paredes todavía conservaban restos de pintura, posiblemente azul.04 Gambia 056

El domingo 22, nos levantamos a las 5,30, recogemos los bártulos y nos vamos, todavía de noche a la cola del ferry, perdemos (no cogemos), el de la siete y nos toca esperar a otro que finalmente sale a las 11,15. Tras “despedirnos” de Paco con la consiguiente “negociación” del “dame más, esto es muy poco”, embarcamos en un ferry sobrecargado en el que primero meten coches y camiones y luego “rellenan” de gente aprovechando hasta el último hueco. Haciendo fotos desde la parte de arriba en un momento llegué a ver hasta doce personas apoyadas o subidas en los capós del Mercedes. Es fácil imaginarte en las noticias algo así: “ferry naufraga, se han recuperado 300 cadáveres, 125 supervivientes, no se conoce el número de desaparecidos al no controlarse el número de personas embarcadas en un ferry preparado para 150 pasajeros…”.04 Gambia 014

Tras llegar a Banjul, enseguida nos damos cuenta de que es una ful… bueno, vale, me explicaré un poco más. Banjul está situada en el extremo oriental de una pequeña isla que surge en medio de una ensenada anegada por las aguas del Atlántico. Rodeada totalmente de agua, la falta de espacio ha impedido que existiese el desarrollo urbanístico mínimo propio de una capital, lo que la ha llevado a destilar un aire rancio, provinciano y decadente que te empuja al momento a salir de allí.

Nosotros nos dirigimos hacia la costa, donde han proliferado un buen puñado de complejos turísticos con buenos hoteles. Aunque en un principio nos íbamos a dirigir hacia Senegambia, donde nos había indicado el policía de la aduana, al final nos quedamos entre Fajara y Kotu, un poco antes y donde encontramos el Bungalow Beach Hotel, que nos gustó y nos quedamos.04 Gambia 086

Tras coger la habitación, un apartamento con una completa cocina americana, salón-comedor, buena habitación, baño, terraza, limpio y acceso directo a la playa, nos fuimos a dar un baño a la piscina, comimos en el restaurante del hotel (buena comida, buenos precios), nos echamos la siesta (que falta nos hacía), y por la tarde, además de hacer fotos en la playa de la estupenda puesta de sol que el Atlántico nos brindó, decidimos pasar de nuestra intención de darnos un rulo por Guinea Bissau y quedarnos otro día más en el hotel, además de realizar el regreso hacia España con más calma.04 Gambia 125

Gambia no depara grandes sorpresas al viajero, es por ello que puede ser un magnifico lugar para no hacer nada, sano deporte que Jesús y yo habíamos olvidado practicar desde el momento en que dimos comienzo a nuestro viaje.

Como en el hotel no les funcionaba el TPV, decidimos darnos una vuelta por Senegambia, para verlo, sacar dinero y posiblemente, cenar. Verlo lo vimos, sacar dinero también, aunque esto merece una mención propia. Resulta que el billete más grande es de 100 pelotillos (unos 2 €), como en el hotel teníamos que pagar 6.200… el cajero no daba más de 20 billetes, por lo que lo tuve que sacar en cuatro veces, con el consiguiente cabreo de los que estaban esperando y… las cuatro comisiones que después me cobró el banco. Por último, pasamos de cenar en Senegambia al ver que se trataba de una especie de Benidorm, lleno de pieles pálidas y con todo lo que el turista profesional puede soñar y nos dirigimos de nuevo a nuestro hotel, también lleno de “toubabs” (blancos en lengua Wolof), pero mucho más tranquilo y en el que ya sabíamos que íbamos a cenar bien, como así fue.04 Gambia 139

Al día siguiente, nos levantamos sin ninguna prisa, desayunamos y nos fuimos a dar una vuelta por toda la zona atlántica. Gambia es el país más pequeño del continente africano, siendo algo menor que la isla de Jamaica, por lo que recorrerlo de norte a sur no lleva más que un “rato”.

Llegamos a Gunjur, ya cerca de la frontera sur con Senegal y nos desviamos hacia el interior para escapar de la zona más turística. La vegetación es frondosa y lo ocupa todo más allá de los márgenes de la carretera, los poblados no están tan sucios como el de Barra y se notan ciertas inversiones en educación e infraestructuras.04 Gambia 151

Aunque Gambia no tiene una fauna salvaje de gran tamaño, en sus bosques viven más de 250 especies diferentes de aves y en su reserva natural de Abuke se instaló el primer Centro de Rehabilitación de Chimpancés que ha existido en el mundo, fundado por Edward Brewer en 1967. Viene esto a cuento porque monos y ardillas es muy fácil que se te crucen o verlos junto a la carretera.

A lo largo del camino nos encontramos iglesias de todas las confesiones, esto viene motivado porque en Gambia conviven una amplia variedad de grupos étnicos, y cada uno preserva su propio lenguaje y tradiciones con una mínima fricción intertribal. Aunque se define como un estado laico, el 90% de la población es musulmana, concretamente sunní, el 9% es cristiana y el 1% restante practica credos tradicionales. Sin embargo, es habitual ver a musulmanes y cristianos juntos participando en cultos tribales, en un singular ejemplo de buena relación y convivencia entre las diversas religiones.04 Gambia 158

Hacia el norte llegamos a Serekunda, una ciudad que nació de lo que a Banjul le faltaba, espacio para expandirse y que en la actualidad es el verdadero cruce de caminos del sur del país, ya que la carretera que recorre toda la zona meridional del país, al sur del río Gambia, pasa por aquí, bifurcándose hacia Banjul por el norte, la zona turística al este y al único aeropuerto del país, cerca de Yundum, por el sur.04 Gambia 161

Paramos en una de las pequeñas tiendas a hacer 50 copias más de las famosas fichas que sabíamos íbamos a necesitar en el viaje de regreso y esto nos llevó un largo pero agradable rato esperando que un amable comerciante nos las hiciese, una a una, en una fotocopiadora que debía de ser de muy poco tiempo después de que Gutemberg inventara la imprenta.04 Gambia 202

La gente sigue alucinando con nuestro viaje y especialmente con el Mercedes, hasta el punto de que en ocasiones la policía nos para intentando comprárnoslo. Nosotros, alucinamos con los “gorriones” que se gastan los gambianos, que no son otra cosa que buitres; de Ruppel, Orejudos y especialmente, Encapuchados, los ves tranquilamente posados en las farolas de la carretera o comiendo carroña y desperdicios junto a la gente en la misma cuneta.04 Gambia 181

Volvemos a nuestro hotel, entre otras cosas para huir de los “no pasa nada”, y de nuevo paseando por la playa compruebo como esta zona costera y turística de Gambia es uno de los principales destinos turísticos de “blanquitas” nórdicas en busca de musculosos sementales de piel tostada.

Ellos lucen sus atléticos cuerpos y hacen flexiones en la arena, ellas les fotografían, les dan indicaciones o sencillamente, los abrazan para fotografiarse con ellos, recorriendo con sus manos los fornidos cuerpos de una nada pudorosa forma. Mientras que el turismo sexual femenino no supone más del 5 o 6% del turismo sexual en el mundo, en Gambia llega a superar cifras del 20%.04 Gambia 112

Yo por mi parte, y en lo que Jesús se echaba la siesta, me fui a dar un masaje de hora y media que me habían ofrecido y yo contratado, en el “centro de belleza” del hotel. Reconozco mi debilidad por los masajes, me di cuenta en un viaje que hice a Pekín, pues en el plazo de cinco días que estuve allí me di siete masajes, eso si, volví con los pies y las piernas “nuevas”.

El haber llegado a Gambia colmaba ya todas las principales expectativas de este viaje, que en un principio dejaba abierta la posibilidad de pasar también por Guinea Bissau, o Conakry y/o Mali, pero lo cierto es que, tras dos semanas, unos cuantos miles de kilómetros, los desesperantes tramites fronterizos (no sabíamos que “lo mejor” estaba por llegar), y el saber que nos quedaban los mismos miles de kilómetros de vuelta, le quitaron a Jesús todas las ganas de seguir hacia abajo y ya tenía ganas de volver a entrar en “casa”, que no, no era España, sino Marruecos, un paraíso, comparado con lo que te encuentras más al sur.04 Gambia 209

Lo cierto es que le costó muy poco convencerme, y el saber que no volvíamos a España (eso si que no me apetecía nada de nada), sino que nos quedaríamos por Marruecos a pasar la Nochevieja, viendo amigos, y que el no bajar más hacia abajo nos permitiría realizar una vuelta más tranquila y ver cosas que nos habíamos dejado a la bajada, nos convencieron de que ya era hora de girar hacia el norte y de comenzar nuestro regreso.

Ya anocheciendo, recogemos los bártulos y dejamos todo lo más recogido posible, nuestra idea es levantarnos muy temprano para volver a Banjul a coger el primer ferry… la aventura continúa.

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