Siempre Ruedas y Motor

José González, miembro del Club Chin Power 4×4, de La Coruña, nos cuenta su particular aventura con el mundo del 4×4 y cual ha sido el camino hasta llegar a su última máquina, esta Toyota Hilux, que como podéis ver, es de talla XXL.

Su primer coche fue un Land Rover Santana 88 del año 69, que terminó volcado en el Monte Xalo, al lado de La Coruña, después se compró un Mitsubishi Montero 2500, que preparó con unas ruedas de 33”, subiendo algo de carrocería, y algunas cosillas más para ir haciendo sus primeros pinitos. Después llegó un Nissan Patrol GR Y61, un coche que, como él mismo dice “es una auténtica pasada pero que para las pistas por las que circulamos por estos montes, es un coche muy ancho y que se queda muy justo de motor”. Después volvió a comprar otro Mitsubishi Montero, un 3000 V6 en este caso, pero este lo tuvo muy poquito tiempo, porque “realmente pienso que consume mucho más de lo que anda, aunque aparte de eso tengo que decir que mi experiencia con Mitsubishi siempre ha sido muy buena, con pocas roturas”.

Luego tuvo una pick up, también de Mitsubishi, una L200, las pick up son coches que siempre le han encantado y por eso finalmente se hizo con la actual; luego también tuvo un Jeep Wrangler, un 3000 V6 hasta que hubo un momento en que se juntó en casa con el Wrangler, el Mitsu y la pick up, y dijo… “bueno, mucho vicio de Dios para una persona sola, hay que limitar y concentrarse en prepararse uno ya un poquito bien” y escogió esta pick up, un poco por estética, porque a pesar de que tenía algo más de motor el Wrangler,  empujaba de otra manera y, finalmente, se quedó con ella.

Empezó a prepararla poco a poco, manteniendo las ballestas traseras, la suspensión independiente delante, montando neumáticos de 32”, luego 33”… 35” “y así fuimos subiendo… y empezando a romper, de hecho, grupos, rompimos unos cuantos”, sobre todo, cuando el coche despegaba, era muy frágil en el aterrizaje. Lo que le decidió a montar los ejes que lleva ahora, que son unos de Patrol Y60, fue un día en una ruta, en una subida de piedras, donde rompió el soporte que va entre el eje y la ballesta, se giraron los abarcones, giró el grupo, rompió transmisión y todo eso en una subida… “curiosa”.

La avería era pequeña, era la transmisión, pero las piezas en la casa eran como unos dos mil y pico euros; buscó algo de segundamano, no encontró nada y se lió la manta a la cabeza y las manos de herramientas y dijo, “nada, a cambiarle los ejes”. Y bueno, “después de haberle cambiado los ejes ya llevamos evolucionado mucho y… seguiremos”.

Ahora lleva ruedas de 35” o 37 “, según la temporada; por supuesto ya antes, le había hecho un body lift de 7 cm. y ahora también tiene una defensa delantera, hecha artesanal en acero inoxidable, se ha preparado una defensa trasera que a su vez vale como barra antiempotramiento, ya que se puede modificar su altura, diversos recortes y ajustes de carrocería.

También lleva montados sendos bloqueos, delantero y trasero de ARB, y en cuanto a suspensiones, “ahora estoy probando unos amortiguadores nuevos, de la marca Boss y la próxima evolución es bajarle un poco, porque el coche está muy alto, esta rozando los 2,12 mts. y en algunas zonas laterales, aunque el coche está muy ancho y compensa la altura en buena parte, tiene el centro de gravedad muy alto”. Detrás lleva muelles +17 cm. y delante + 7 cm. reforzados para winch.

Las transmisiones también están modificadas, con doble cruceta, liberadores reforzados, tirantes artesanales, barra panhard modificada…

En cuanto al motor está de serie, es un 2.5 de gasolina al que se le ha hecho una línea de escape con salida lateral, eliminado todos los silenciosos.

“Voy sin snorkel, porque mi coche no es un submarino y metiéndonos en los líos en los que nos metemos, yendo sin él, pues no me meto”. También le monta una barra con cuatro luces de largo alcance en el techo, especialmente para las rutas nocturnas, con lo cual suma ocho focos adicionales.

El uso habitual que hace del coche es para hacer rutas, y también, y dado que José hace muchas rutas de BTT, para poder llevar las bicicletas en la caja. Aunque con el coche ha salido más, la realidad es que según lo ha ido evolucionando, el alcance del coche ha ido yendo a menos; la mayor limitación que tiene ahora es el depósito, “tuve que cambiárselo cuando le cambié los ejes y el de ahora es de unos 50 L. por lo que tiene una autonomía muy ajustada, además, y puesto que estamos probando muchas cosas, la fiabilidad todavía no es a toda prueba, por ello el uso que más le doy es comarcal”.

Como evolución, la verdad es que ya le queda poco por hacerle, quizás montar un cabrestante detrás, para hacer compañía al 12.000 que lleva delante.

En cuanto a la parte interior, lleva unos asientos tipo backet, volante deportivo, emisora de 27 Mhz. una tablet con GPS, etc., y la caja trasera está habilitada para llevar herramienta, compresor de aire, eslingas, polea de reenvío, grilletes…

Realmente, viéndola evolucionar, no dejas de sorprenderte por los obstáculos que es capaz de pasar, la altura libre, el diámetro de sus ruedas, el contenido peso, los dos bloqueos… hacen de esta Hilux “Pikachu”, toda una pick up XXL.

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