Siempre Ruedas y Motor

El pasado año fue la primera vez que asistí a la concentración de Góis (Portugal), y quedé muy gratamente sorprendido por una concentración que ya llevaba 22 ediciones y que sin embargo, apenas era conocida en España.

El lugar, el programa, la multitudinaria asistencia, los conciertos… daban forma a una concentración muy completa y diferente a la mayoría de las que había visto y me prometí que debía volver.

Dicho y hecho, este año además llegué el jueves, en lugar del viernes como había hecho el pasado año, con la intención de ahondar más en el desarrollo de la concentración y su entorno.

El tener más tiempo para ver cosas y el ya tener algunas de ellas “por la mano”, al haber asistido a la anterior edición, me permitieron fijarme más en algunas de las cosas que hacen que esta concentración sea especial. Efectivamente, como una buena película, que cuando la ves por segunda vez le sacas “más jugo”, la concentración de Góis es una de esas concentraciones que todo buen moto rutero debe conocer y, que cuando lo hace, le deja satisfecho y le invita a volver.

La satisfacción de asistir a Góis empieza aún antes de llegar a la concentración, y es que esta villa portuguesa de unos 2300 habitantes está situada en el distrito de Coimbra, en la Región Centro del país, y más concretamente en la subregión del Pinhal Interior Norte, donde domina el sistema montañoso de la Sierra da Estrela, con la Sierra de Lousã llegando hasta los 1205 m de altitud, y la Sierra de Açor hasta los 1418 m.

Este paisaje nos ofrece a lo largo de nuestro viaje unas espectaculares vistas y unas carreteras de curvas, la mayoría de ellas en perfecto estado (algunas recién asfaltadas), que colmarán plenamente nuestras ganas de disfrutar de la moto.

No hay un camino único para llegar a Góis y, desde el centro de la península yendo por Navalmoral de la Mata y luego por la EX-A1, hasta que esta autovía termina, a alrededor de 300 Km de Madrid, nos quedarán alrededor de 200 Km. de carreteras nacionales, regionales e incluso locales, en su inmensa mayoría con muy poco tráfico, que nos terminarán llevando (por un lugar u otro), hasta Castelo Branco y, posteriormente (y generalmente), a través de Pampilhosa da Serra hasta Góis.

Cuando digo “por un lugar u otro” y “generalmente” es que en las dos ocasiones que he ido y por lo tanto, he vuelto (cuatro viajes en total), el GPS me ha llevado por cuatro diferentes itinerarios, a cada cual más curioso e interesante y con muy pocas diferencias de recorrido o tiempo de uno a otro, por lo que mi recomendación es la de dejarnos llevar a la ida por donde nos diga el GPS y, a la vuelta, si es que no nos ofrece un itinerario diferente, cogerlos nosotros “manualmente”. Cojas el itinerario que cojas, habrá un momento en que pienses “me he equivocado, por aquí no puede ser”  de lo estrechas, reviradas y/o perdidas que serán algunas de las carreteras por las que pases, no te preocupes, estás en el buen camino, es solo que llegar a Góis es ya un premio en sí mismo.

Una vez en Góis lo primero que noté este año es una mayor asistencia de españoles. A diferencia de la concentración de Faro, que se celebra un mes antes en el Algarve y en la que alrededor del 60% de los asistentes son extranjeros, en Góis apenas el 10% de inscritos es de una nacionalidad diferente a la portuguesa, por lo que la presencia extranjera en general y española en particular es aún muy reducida, y digo bien cuando digo “aún” porque me atrevo a afirmar sin temor a equivocarme que en muy pocos años Góis pasara a ser una de las concentraciones preferidas por los moto ruteros españoles.

Aunque muy pocos aún, la diferencia este año respecto al pasado era muy grande, y era ya bastante habitual encontrarte gente hablando español tanto a lo largo y ancho del recinto de la concentración, como en las calles del pueblo o en sus playas fluviales.

Con más de 15.000 inscritos, Góis le va a la zaga a la concentración de Faro, que este año anduvo cerca de los 17.000, lo que viene a indicar la magnitud de una concentración que a pesar de su tamaño, es aún capaz de ofrecer reductos de paz y tranquilidad tanto a lo largo de su inmensa zona de acampada, como en alguna de las playas fluviales que el río Ceira, que atraviesa, partiendo la concentración en dos, ofrece a sus visitantes.

Las playas fluviales del Ceira son precisamente uno de los encantos de esta concentración, que nos permitirá dormitar al sol o a la sombra en alguno de sus bancos de arena o zonas arboladas de césped, una estupenda manera de recuperarse de la noche anterior y coger fuerzas para la siguiente.

Y es que las noches son largas en Góis y desde el jueves los conciertos primero y las sesiones de Dj´s después consiguen que los más marchosos se acuesten cuando a las luces del nuevo día les queda poco por aparecer.

En lo que a mí respecta, he de confesar que de los Dj´s no vi a ninguno, y a eso de las dos de la madrugada, cuando ellos comenzaban, yo daba por terminada mi jornada, pero de los conciertos sí que asistí a casi todos.

Variedad a lo largo del fin de semana, con música regional, pop, mucho rock y tres grupos a destacar. Por una parte los estrellas del cartel, “Xutos&Pontapés”, reconocidos como uno de los principales grupos del país y posiblemente, el mejor de rock, su larga y exitosa trayectoria es plenamente vigente hoy, casi 40 años después de su formación en 1978.

“Anarchicks”, un grupo lisboeta creado en 2011 por cuatro féminas que interpretan rock, punk y electro y cuya formación está compuesta por Marta Lefay a las voces, Katari a la batería, Synthetique al bajo y Aim a la guitarra. Correctas, de entre ellas destaca Katari, la batería, que demuestra actitud, fuerza y seriedad con los palos.

Por último y como ya me anunciase la organización el año pasado, en esta edición y como guiño a los motoristas españoles actuaría un grupo español, honor que les correspondió a los gallegos (de Pontevedra), de “Calle del Ruido”, grupo compuesto por Kike guitarra solista, David bajo, Ruben batería y Tomy guitarra y voz.

El grupo ya ha grabado dos videoclip “Dime” y “Huracán” y su Ep debut “El principio del fin” y están justo en ese momento en que toca tomárselo más en serio para dar el salto tras haberse convertido en habituales de las salas de Portugal y el norte de la Península. Rock metal español más que digno de escuchar, y para que lo hagas aquí os dejo un enlace a su facebook.

La infraestructura hotelera en Góis no es muy grande, por lo que esta es una concentración de ir en tienda de campaña, y para ello ofrece una gigantesca zona que se llena con miles de tiendas y en la que si eres previsor y llegas no más tarde del jueves, podrás elegir si instalarte cerca de la entrada principal y/o del puente que te lleva a la zona comercial, o mejor ponerte muy apartado y estar más aislado del ruido de gente, motos y conciertos.

Lo que si tiene Góis y toda la región es una gastronomía estupenda de la que podremos disfrutar tanto en el pueblo como en nuestro viaje de ida y vuelta e incluso en alguno de los puestos de comida que además de en la zona de restauración (en una parte del río junto a los escenarios), este año también había en la zona comercial, en la otra margen del río.

Este año se celebraba la 18 edición de su Bike Show, situado fuera del recinto de la concentración, junto a la entrada más cercana al pueblo, un Bike Show que cuenta con algunas muy buenas creaciones y que se realiza bajo un techo de árboles en la misma ribera del río, en el paseo que lleva hacia el centro del pueblo y las playas fluviales.

Hay muchas cosas más, y una de las principales es el estupendo ambiente que se respira a lo largo de todo el fin de semana, nuestros hermanos portugueses son siempre amables y están encantados de nuestra presencia, la zona comercial cada vez ofrece más servicios, y este año además de las habituales tiendas también podías afeitarte, darte un masaje, ver exhibiciones de trial…

Si, efectivamente la concentración de Góis es como una buena película, y este año, al “verla” por segunda vez, me ha gustado aun más que el anterior, y por los comentarios de los bastantes españoles con los que estuve hablando, esto no es solo una opinión subjetiva, sino una sensación generalizada que a buen seguro y como decía más atrás, va a conseguir que en poco tiempo esta concentración se convierta en un refugio de motoristas españoles, motoristas que saben apreciar los paisajes, la gastronomía y los buenos servicios que podemos encontrar habitualmente en esta tierra hermana y que en Góis, para disfrute de propios y ajenos se da en cantidad.

No lo dudes, si no has tenido aún oportunidad de conocer esta concentración, ya puedes ir haciendo planes para el mes de agosto del año que viene, puede ser la mejor excusa para dirigir tus vacaciones.

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