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Suspensiones neumáticas

Escrito por el 29/07/2012 en Técnica

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Un balón de oxígeno para tu vehículo

Las suspensiones neumáticas suponen una solución ideal para muchos casos en los que las condiciones de carga de nuestro vehículo varían constantemente o los terrenos por los que circulamos son muy diferentes.

Si en los vehículos las cargas fueran constantes resultaría fácil crear una suspensión ideal, desarrollando unos elementos elásticos (ballestas, muelles, etc.), y unos amortiguadores, apropiados para un determinado peso y carga, pero como esto no se da en ningún caso (al ser la carga variable, especialmente en vehículos de transporte), los elementos elásticos deben calcularse para que aguanten el peso máximo sin pérdida de elasticidad.

El resultado es que si los elementos de la suspensión se calculan para el peso máximo que el vehículo puede aguantar, entonces resultan duros cuando el vehículo marcha en vacío o con poca carga (típico de las pick up), evidentemente, si se calculan para un peso mínimo, la suspensión resulta blanda en exceso cuando aquel aumenta (habitual cuando nos acercamos a los límites de carga de nuestro todo terreno o camper)… En la práctica y en la búsqueda de un compromiso, cada fabricante instala unas suspensiones apropiadas para el uso que según cree él, los usuarios van a hacer de un determinado vehículo.

Evidentemente, este problema que afecta en mayor o menor medida a todos los vehículos, se hace especialmente notable en el caso de los todo terrenos, que soportan un peso muy diferente si, por ejemplo, se utilizan en el día a día para ir al trabajo o a una cercana excursión con la carga de solo dos personas, o si nos vamos a un viaje largo en el que además de 2-4 personas y su correspondiente equipaje, hay que añadir la imprescindible colección de implementos (planchas, eslingas, grilletes, gato, herramienta, compresor…), teniendo que circular además, por pistas en mal estado.

Lo anterior es aún más grave en el caso de las pick up, si especialmente como es mi caso, le instalamos habitualmente un módulo vivienda en el que además de sus 600-700 Kg. de peso en vacío, van esos elemento imprencisdibles como las latas de cerveza, las botellas de vino, de orujo (los básicos, vamos), etc., además de los implementos anteriormente citados. En este caso, y por la vía habitual, hay que sustituir o reforzar ballestas, montar amortiguadores reforzados, gemelas más largas para que el coche no quede demasiado bajo cuando va cargado, ballestines regulables para endurecer más la suspensión cuando le metemos toda la carga… toda una batería de medidas que consiguen que finalmente la pick up vaya aceptablemente blanda y baja cuando va cargada, y dura como una piedra y casi sin recorrido en extensión cuando va vacía.

Altura regulable…

El probar muchos vehículos de última generación que vienen equipados con suspensión neumática y el ver que cualquier camión que se precie la trae de origen, me tenían intrigado, por lo que finalmente me puse en contacto con una de las personas que más sabe de suspensiones neumáticas de nuestro país, Mario Barea, de micasaconruedas.com y le freí a preguntas: ¿Se pueden instalar en cualquier coche, funcionan en un todo terreno, van bien en campo, como funciona el sistema, como se regula…?. Sus respuestas fueron esclarecedoras desde el primer momento: son casi imprescindibles en las autocaravanas, en las que por llevar mucho voladizo y peso detrás, en muchos casos ya de origen salen de la casa con la suspensión haciendo tope; enseñándome el Nissan Terrano de uno de sus mecánicos, pude ver que las llevaba instaladas (en el interior de los muelles); y finalmente una frase acompañada de una sonrisa: “Te las montamos y luego me lo cuentas…”.

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Más tranquilo (aunque no convencido del todo), accedí y, tras la instalación (recuadro aparte), comencé a probar todo lo probable y en todas las circunstancias posibles. Aquí están los resultados: Lo primero fue comprobar en la práctica que el recorrido total de la suspensión una vez instaladas no se veía modificado (habíamos medido las balonas antes de instalarlas), y el resultado fue sorprendente, con el sistema vacío de aire y las válvulas abiertas (sin hacer absolutamente nada, vamos), medimos la altura de la pick up en vacío, tomando como referencia el paso de rueda, resultado: 98,5 cm. A continuación inflamos las balonas hasta 6 Kg. de presión y la suspensión se estiró hasta los 102 cm. llegando al tope del recorrido del amortiguador y no pudiéndose, por lo tanto, estirar más por causas físicas (el recorrido en extensión del amortiguador) y demostrándome lo duro que voy en vacío, a pesar de haber desmontado el ballestín regulable y el poco recorrido que tengo en extensión cuando no llevo carga, tan solo 3,5 cm.

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Lo siguiente era la prueba de fuego (al menos en parado), y era realizar la misma operación con el módulo vivienda. Montamos el módulo con las balonas totalmente vacías y la suspensión bajó hasta los 91,5 cm. Con él montado, subimos la presión hasta los 6 Kg. elevándose la caja hasta alcanzar una altura de 99 cm. ¡Increíble!, con los más de 800 Kg. del módulo cargado a tope, era capaz de situar la altura de la caja por encima de su situación de reposo cuando está vacía… No pintaba mal la cosa.

…Y dureza también regulable

Lo siguiente era probar la nueva suspensión de manera dinámica y antes de continuar he de aclarar que los amortiguadores traseros están totalmente muertos después de más de 120.000 Km. de duro, mas bien, salvaje uso (Trail Master Stage II, buenos, bonitos y baratos), por lo que con unos amortiguadores en buen estado el resultado siempre habrá de ser mejor.

Sin carga, y a pesar de lo duro que va la suspensión, Mario me recomendó llevar de 0,3 a 0,5 Kg. de presión, y efectivamente, rondando los 0,3 Kg. el comportamiento era muy similar al anterior (sin balonas y con ballestín regulable), seco en los baches grandes (debido a las ballestas reforzadas), aunque no tanto, y sorprendentemente, más firme en todo tipo de curvas de carretera, con menos inclinación de la caja aún entrando realmente fuerte. En cualquier caso, yo lo que quería ver era el comportamiento con el módulo vivienda encima y la cosa no defraudó. En autopista, con 4 Kg. de presión, el coche va casi tan seco como cuando va vacío, tragándose los badenes como si no existiesen, sujetando la caja enormemente y reduciendo de manera abismal el efecto que el viento lateral ejerce sobre el módulo, limitando a prácticamente nada las oscilaciones laterales, eso sí, si hay baches es igual de incomodo que cuando va sin carga. Bajando a 2,5 – 3 Kg. la amortiguación se vuelve mucho más agradable y cómoda, aumenta ligeramente el movimiento (aún siendo infinitamente menor que sin balonas), y se muestra más apta para ir a ritmos más tranquilos o en carreteras con no muy buen estado.

En carreteras de montaña con buen asfalto, con 4 – 4,5 Kg. aquello es una tabla que te permite tomar curvas casi olvidándote de que llevas el módulo encima, entrando y saliendo haciendo sonar las ruedas y con el coche perfectamente plano. Para tener la cabeza fría, vamos, porque si no, te puedes llegar a complicar la vida. Tras 2000 Km. por todo tipo de carreteras, la pregunta que me hice fue: ¿Como he podido vivir sin ello?… Pero quedaba una última y para mí, imprescindible prueba que superar ¿Como irá en campo?…

Mi primera incursión fueron los Km. de pista de tierra que llevan a la Masia Pelarda (Teruel), bajé la presión a 2 Kg. y a ritmos tranquilos se comportaba como cuando anteriormente llevaba unos 300-500 Kg. de carga, perfecto; trabajando la amortiguación absorbiendo las irregularidades sin rechistar. Al aumentar el ritmo y los baches, el comportamiento seguía siendo igual de bueno, pero al necesitar más recorrido de suspensión, en los baches más grandes terminaba siendo seco, por lo que al bajarle un poco más la presión (alrededor de 1,5 Kg.), para dejar trabajar con más “libertad” a las ballestas y a los amortiguadores, el comportamiento volvía a mejorar, evidentemente con más balanceo de la caja (aunque mucho menos que antes de las balonas), pero sin llegar a los topes en compresión que antes hacía en cuanto me despistaba un poco.

Finalmente y de nuevo sin el módulo montado, probé a trialear para comprobar los recorridos, comprobando como en los cruces de puentes, la rueda que cuelga estira completamente independientemente de si tenemos presión o no, y la rueda que soporta el peso es capaz de comprimirse totalmente simplemente dejando la presión a 0, sin necesidad de quitar válvulas para dejar el circuito abierto, por lo que su instalación no limita en absoluto los recorridos de la suspensión en campo, más allá de cuanto nosotros deseemos.

Para todo uso

¿Conclusión?, pues definitiva solo hay una, que esto de las suspensiones neumáticas es un mundo de ventajas por diferentes razones, en primer lugar y al ser un elemento adicional a la suspensión del coche y no una sustitución, nos permite, si así lo deseamos, utilizar exclusivamente el sistema original del coche, simplemente dejando el sistema de aire vacío, lo que nos garantiza que ante una eventual avería (básicamente que se pudiese pinchar una balona, algo difícil pero posible) podremos seguir circulando con normalidad. Por otra parte, la capacidad de poder regular la presión en todo momento nos permite adaptar el tarado de la suspensión a factores tan distintos como la carga, el estado de la carretera, el ritmo que queramos llevar y el nivel de comodidad que deseemos.

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Además de lo anterior, la cantidad de pequeñas pero no poco importantes ventajas que supone disponer de una suspensión neumática pasan por la capacidad de equilibrar el coche si llevamos la carga mal repartida lateralmente (típico de las autocaravanas), simplemente dando un poco más de presión a un lado o a otro; el poder equilibrar en parado la altura e inclinación de la autocaravana para dejarla recta; el reglaje de los faros y la distancia al suelo se mantienen siempre constantes; impedir que baje de atrás al arrastrar un remolque… y específicamente en todo terreno, saber que por muy cargados que vayamos, siempre vamos a disponer de nuestra máxima altura al suelo, pues en caso de empanzarnos, siempre podremos disponer de esos centímetros de más que nos brinda el poder estirar la suspensión a tope; en inclinaciones laterales fuertes, dejar al mínimo la parte alta del coche hinchando al máximo la parte baja para ganar unos buenos grados de seguridad; saber que en nuestras expediciones vamos a poder cargar nuestro equipaje sin dejar al coche casi sin recorrido de amortiguación y sin altura…

Todo un balón de oxígeno para tu vehículo.

 

INSTALACIÓN Un mundo de opciones

El proceso de instalación es muy sencillo, tanto que en algunos coches no es necesario hacer ni un taladro. En el caso de la ISUZU y aunque hay kits específicamente para ella, hicimos un poco de bricolaje para adaptarle unas balonas de la marca española ORIA, sin duda las más resistentes del mercado y encima, las más baratas.

Tras quitar el taco de goma que hace de tope de suspensión, y desmontar los abarcones que sujetan las ballestas, se procedió con una amoladora y un rotaflex a realizar un cajeado que acogiese la válvula de la balona en el mismo soporte del taco de goma, todo ello para conseguir que en compresión no perdiésemos recorrido, a continuación se montaron las balonas en el puente con su nuevo soporte y se apretaron los abarcones, después, hinchando un poco las balonas dejamos que ellas mismas “buscasen” su posición superior y se taladraron dos agujeros para los tornillos pasantes que las sujetarían por arriba. El resto fue tirar los tubos de aire hasta el interior del habitáculo para conectarlos a los manómetros y poder tener controlada la presión de cada una de las balonas así como poder hincharlas y deshincharlas a voluntad. Los relojes en este caso quedaron perfectos en la parte frontal del cenicero sin entorpecer su uso.

Es de destacar que la cantidad de opciones con que se puede equipar un kit neumático es casi infinita, y partiendo del kit básico, dos balonas y una válvula para hincharlas en cualquier gasolinera, lo siguiente es equiparla con tuberías y manómetros para poder hincharlas desde el interior con un compresor (la instalación de esta prueba), añadirle un calderín para un llenado más rápido, mando a distancia con preprogramas de diferentes presiones, control de altura automático según la carga….

De igual manera, se pueden instalar en cualquier coche, furgón o Todo Terreno, lleve ballestas o muelles, y dado su ajustado precio (consultar en micasaconruedas.com), frente a sus altas prestaciones, es una opción más que interesante en el momento en que nos planteemos la necesidad de mejorar nuestro sistema de suspensión.

Comentarios

  • Aprígio Pereira dice:

    És posible instalar los balones neumaticos en una Peugeot Partner (2013) ? Cuanto costa el material, sin compresór?
    Saludos.




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