MOTAUROS 2017. Sin rival
Escrito por Miguel A. Fernández el 23/01/2017 en Rutas, KDDs y Concentraciones
Ajena a debates, a rivalidades artificiales, a guerras fratricidas, la concentración de Motauros llegaba a su 17 edición con la misma fuerza que años anteriores y con la seguridad que da el haber encontrado su propio camino hacia el éxito.
Yo por mi parte, y a pesar de haber acudido a las 16 anteriores, llevaba una duda en mi equipaje: ¿En cuánto le afectaría a esta edición el hecho de que la semana anterior se hubiese celebrado tanto “La Leyenda Continúa” en Cantalejo, como “Pingüinos” en Valladolid?.
Los 7.000 inscritos de Cantalejo y los 21.000 de Valladolid, sumaban demasiados inscritos como para que a la semana siguiente, y con el añadido del temporal de nieve que estaba afectando al levante español, se pudiesen repetir (ni siquiera acercar), a los 14.717 inscritos que en Tordesillas se dieron cita el año pasado.
El viernes por la mañana cuando llegué a la zona de acampada, le comenté a Juan Carlos Ruiz, presidente del Moto Club Tordesillas, que conseguir este año una cifra de alrededor de 12.000 sería, dadas las circunstancias, un gran éxito, un éxito superior a los casi 15.000 inscritos de la pasada edición.
Sin embargo, uno a uno, cada uno de vosotros, me quitasteis la razón, y uno a uno, cada uno de vosotros, sumasteis la bonita cifra de 14.215 inscritos… Hombre de poca fe, me dije a mi mismo el domingo por la mañana y a continuación se me planteó otra duda: ¿De dónde había salido tanto motero?. Los 7.000 de Cantalejo “los vi”. Los 14.000 de Motauros también… sacad cada uno de vosotros vuestras propias conclusiones…
El éxito de Motauros está sustentado sobre muchos pilares, aparentemente no demasiado importantes cada uno de ellos por separado, pero que en conjunto, consiguen la solida concentración en la que se ha convertido.
Sin orden de ningún tipo y según se me vayan ocurriendo, puedo contar lo que me decían representantes de diferentes grandes moto clubes, como la facilidad que la organización les da para poder instalarse con los grandes montajes que llevan; hablando con algunos vendedores, todos coincidían en el buen trato que el Moto Club Tordesillas les da, el mejor de cuantas grandes concentraciones han acudido, lo que ha llevado a que en Motauros se encuentre la mejor zona comercial que hayas visto en una concentración de nuestro país.
La zona de restauración ofrece una variada oferta que permite a quién lo desee poder comer diferente a lo largo de todo el fin de semana; la gran carpa principal, con una capacidad de casi 8.000 personas, es una garantía y un seguro de que por muy mala que se ponga la climatología, nos vamos a poder resguardar y mantenernos secos y calientes.
Una carpa en la que además de podernos tomar un caldo caliente o una cerveza o una copa, también podremos ver las motos que se presentan al Bike Show, el sorteo de regalos o los múltiples conciertos.
“Maquia”, “Cruce de Caminos”, “Hook”, “Maldita Juliette”, “Siniestro Total”, “Pedrá”, “Alejo Stivel” e “Iron Maños” han sido, en orden de actuación los que, junto al 7º Festival de Música, han conseguido que este resguardado escenario fuese un importante punto de reunión para muchos durante muchas horas.
La zona de acampada es, como en toda buena concentración que se precie, ese lugar en el que echar las horas de manera relajada y al calor de la hoguera compartiendo charla y viandas con los colegas…
Y todo esto (y mucho más), a unos cientos de metros de una ciudad, Tordesillas, que brinda lo mejor de una ciudad (los servicios), y de un pueblo (lo acogedor de sus calles y el que todo esté cerca).
Una ciudad en el que además de vivirse un excelente ambiente, especialmente para los más jóvenes y amantes del ruido, se celebraba una de las actuaciones de stunt, este año a cargo de Plácido José Pérez, el impresionante desfile de antorchas subiendo hasta la ciudad por el puente sobre el río Duero y, este año como novedad y en el salón de actos del Ayuntamiento, la conferencia de María Elsi sobre su excitante viaje a la India en solitario.
No faltó la ya habitual (y por el éxito, necesaria), excursión a la histórica y monumental ciudad de Toro, donde el Ayuntamiento, sus moto clubes y todos sus habitantes, se vuelcan con los miles de motoristas que acuden a tomarse un aperitivo, ver la actuación de stunt, disfrutar de una arquitectura espectacular y dar ambiente a alguno de sus estupendos bares de tapas.
Muchos, muchos pequeños pilares que consiguen que esta sea una concentración para muchos y muy diferentes, por eso aquí no predomina ningún tipo de moto, y se pueden ver custom, trail, turísticas y deportivas casi por igual, porque cada uno de ellos encontrará su sitio y su “momento especial”.
Y entre ellos tampoco faltaron los extranjeros, con una importante presencia de portugueses, franceses y hasta un ruso, que con toda la razón del mundo decía que allí no hacía frío. ¿Que que temperatura hacía en su pueblo?, hasta 30 bajo cero… efectivamente, era normal que él no tuviese frío, aunque por la noche, cuando salías de la carpa o te alejabas de una hoguera, calor, lo que es calor, no hacía, ya que el termómetro bajó hasta los -3º C.
También tuvimos ocasión de disfrutar de la presencia de Julián Simón, Ana Carrasco y Pablo Olivares que recibían el premio Motauros 2017, el sábado por la tarde; y de Fonsi Nieto que recibía el premio Clavidor, consistente en su peso en vino de esta prestigiosa bodega, el domingo por la mañana.
Motauros es ya una concentración madura, con unas señas de identidad propias, que no necesita más que seguir su camino para seguir triunfando como hasta ahora, año tras año; una concentración que lo tiene casi todo. ¿Casi?, si, porque la buena voluntad de sus organizadores les ha llevado a no tener la mano firme que, en mi opinión, habrían que tener con ese puñado de descerebrados que se dedica a hacer ruido y que sean además, muy posiblemente, los que rompen las vallas para colarse y burlarse de esa buena voluntad.
Si controlaran esto, posiblemente, al principio, tendrían unos cientos menos de inscritos, pero lograrían tener la concentración perfecta: la calma en la zona de acampada, el ambiente en la zona comercial y de restauración, el sonido en su magnífica carpa y el ruido, en una ciudad que hace ya décadas que se acostumbró a soportarlo durante un fin de semana.
Con esta han sido 17 ediciones, 17 años en los que he visto como una concentración crecía y mejoraba cada año, y ¿sabéis lo mejor de todo?, lo mejor de todo es que la mejor edición de Motauros aún está por llegar. ¿Te apunta a conseguirlo el año que viene?. Si tu respuesta es sí, allí nos vemos.
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