Siempre Ruedas y Motor

Hace dos años, Porsche nos invitó a realizar una prueba de consumo con la primera versión del Cayenne diesel, denominada internamente como E1, un coche equipado con un motor V6 de 3 litros de cilindrada, que entregaba una potencia de 240 CV, montaba un cambio Tiptronic de 7 velocidades y que, capaz de hacer 214 Km./h. de velocidad máxima y acelerar de 0-100 Km./h. en tan solo 8, 3 seg., homologaba un consumo combinado de 9,3 l./100 Km. y unas emisiones de 244 g/Km. de CO2.

En aquella ocasión, el resultado medio que conseguimos los 18 periodistas que realizamos el test, se situó en unos fantásticos 7,8 litros a los 100 Km., y terminaba mi articulo escribiendo: “La conclusión es clara, nunca las prestaciones y la eficiencia energética habían estado tan cerca y desde luego, ya no hay que relacionar coche deportivo con consumos desorbitados. Estamos de Enhorabuena.”

Ahora, dos años después, Porsche a vuelto a citar a los mismos periodistas para realizar el mismo test con la última versión del Cayenne Diesel, aquí tienes los resultados.

Nuevo Cayenne

El nuevo Cayenne, con denominación interna E2, sigue montando el V6 de 3 litros de cilindrada, pero ahora entrega 245 CV, el cambio es el nuevo Tiptronic de 8 velocidades y es capaz de alcanzar los 220 Km./h., acelerando de 0-100 Km./h. en 7,6 seg. A pesar de esta mejora en rendimiento, es capaz de homologar un consumo combinado de 7,2 l./100Km. con unas emisiones de tan solo189 g/Km. de CO2.

Unas cifras homologadas tan reducidas convertían en todo un reto la realización de este test, ya que si en la prueba anterior, el consumo medio que conseguimos fue un litro y medio inferior al homologado por Porsche, ¿que seríamos capaces de conseguir en esta ocasión?, teniendo en cuenta que cuanto más reducidas van siendo las cifras más difícil es arrancar una décima al consumo, todos estábamos expectantes por conocer el rendimiento del nuevo Cayenne.

Como en el test anterior, el itinerario fue exactamente el mismo, para intentar reproducir de la mejor manera las condiciones en las que nos desenvolvimos en la primera ocasión, y como ya comenté entonces, no era ni mucho menos un recorrido pensado para consumir poco, sino más bien, el típico itinerario turístico que podríamos realizar en un fin de semana en el que no faltaban puertos de montaña, trafico urbano, autopista y todo tipo de carreteras nacionales y secundarias.

El itinerario estaba dividido en dos tramos, uno de ida y otro de vuelta que sumaban cerca de 300 Km.

El primero salía de la A-1 hasta el Km. 69, en que nos desviaríamos a la izquierda por la M-604, que nos llevaría a través de Lozoya y Rascafría a subir el Puerto de Cotos y el de Navacerrada. Un tramo completo en subida, lleno de curvas de menos de 40 Km./h. y en el que el ritmo se tiene que conseguir a base de acelerador. No hay inercias que aprovechar, bajadas en las que coger velocidad con poco gas ni nada por el estilo.

En estas condiciones, y aunque el cambio Tiptronic funciona de maravilla, se puede optimizar el consumo si forzamos al coche con las levas del cambio secuencial a llevar la marcha más larga posible, en general, una más de la que en esas condiciones (subida y pocas revoluciones), el coche quiere llevar.

Desde el Puerto de Navacerrada, pasando por la Granja de San Ildefonso, nos dirigimos a Segovia, punto obligado de paso, y nos dirigimos hasta Mata del Quintanar, punto final de la primera parte del recorrido.

A pesar de lo difícil del terreno, con cientos de curvas lentas, prácticamente todo el tramo en subida, y habiendo ido totalmente a la velocidad del trafico que nos fuimos encontrando (llegamos a adelantar a otros tres Cayenne en la subida a Cotos), llegamos al final de esta primera etapa con una media de 4 Km./h. más rápido de lo estipulado y un consumo de 7,2 litros a los 100. El que oficialmente tiene homologado Porsche, unas cifras fantásticas y que auguraban un gran resultado en el tramo de vuelta, con más bajadas que subidas.

Segunda parte

La segunda parte nos llevaría, saliendo de Mata del Quintanar, hacia el norte, por carreteras secundarias, hasta Turégano, y desde allí, por la CL-603 primero, y la SG-231 después, hasta la CL-212, que nos llevaría de nuevo a la A-1 a la altura de Cerezo de Abajo. Durante todo este tramo nos encontramos muy poco tráfico, con continuas subidas y bajadas y curvas más abiertas que en el anterior, empezando a bajar el consumo en el ordenador de a bordo y empezando a subir nuestra media de velocidad. En la autovía había que realizar unos 35 kilómetros dirección Madrid y superar el escollo que suponía el Puerto de Somosierra.

La bajada del puerto nos permitió aumentar nuestro ritmo a la par que reducir el consumo acumulado. Como en la edición anterior del test, Robregordo, Buitrago de Lozoya y Lozoyuela, nos vieron pasar hasta volver a abandonar de nuevo la autovía para coger la M-131 que a través de El Berrueco nos llevaría hasta Torrelaguna. De nuevo subidas, curvas y desde Torrelaguna, un pequeño tramo de la N-320 hasta la gasolinera donde se daría por terminado el test.

El resultado de este segundo tramo nos llevaría a un consumo de 6,2 litros a los 100 Km. lo que daba un consumo acumulado en toda la prueba de 6,7 litros a una media de velocidad de 76 Km./h.

A diferencia del año pasado en el que mi compañero y yo ganamos el test, en esta ocasión terminamos terceros, con un consumo acumulado dos décimas superior al conseguido por los ganadores, sin embargo nuestra media de velocidad fue la mayor de todas, resultado de realizar un test lo más real posible, en el que salvo mantener escrupulosamente la velocidad máxima en autopista, en el resto de carreteras, aún con una evidente conducción eficiente, adelantamos más coches de los que nos adelantaron a nosotros y nunca fuimos a buscar los consumos mínimos que se podrían conseguir.

En esta ocasión, el equipo que más consumió, gastó 6,9 l. a los 100 Km. y el consumo medio de todos los equipos fue de 6,6 litros a los 100. ¡Increíble!

Un poco de alegría

Finalmente, y tal como hicimos en la edición anterior, tras controlarnos el consumo al final del segundo tramo, nos restaban unos 25 Km. para regresar al lugar de la cita, kilómetros que realizamos probando donde estaba el corte de encendido, si estiraba más en automático o en secuencial, disfrutando del proverbial par motor que entrega este motor pisando hasta la tabla partiendo de pocas revoluciones… esto es, una conducción totalmente contraría a la que habíamos mantenido durante toda la jornada y que sin llegar a ser deportiva (circulábamos por todo tipo de vías abuertas al tráfico), si que era, desde luego, muy divertida.

En esas condiciones, en las que el consumo debería de haberse disparado, se mantuvo por debajo de los 9 l. a los 100 Km….

Está claro que quienes tienen dinero para comprarse este tipo de coches, no ven en el consumo de combustible un gran problema, pero por muy sobrado que se vaya de dinero, no tiene sentido pagar más por lo mismo, y si podemos disponer de las prestaciones deportivas de un coche con un consumo reducido, siempre será mejor que hacerlo pagando 3 litros más a los 100 Km.

Además de lo anterior, estos consumos reducidos permiten, gracias a sus también reducidas emisiones, situar modelos en tramos impositivos inferiores, con lo que además de consumir menos a lo largo de toda la vida del coche, también estaremos pagando menos por él en el momento de la compra.

Porsche tiene una larga historia investigando en pro del medio ambiente, y aunque su buena fama la ha conseguido gracias a fabricar alguno de los mejores superdeportivos de todos los tiempos, no es menos cierto que, en tiempos cambiantes toca emplear soluciones diferentes, y en un planeta que nos está pidiendo a gritos que seamos respetuosos con él, nos demuestra con modelos como este Cayenne Diesel, como la ecología no tiene porqué estar regañada con las prestaciones, la deportividad y la diversión.

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